El mundo actual esta evolucionando cada vez a mayor velocidad y las Inteligencias Artificiales tendrán un papel fundamental para garantizar dicho progreso. La mayor conectividad y protagonismo de todos los medios de comunicación digitales generan volúmenes enormes de datos diariamente que pueden y deben ser utilizados para mejorar nuestras vidas. La existencia de datos no presupone que se estén utilizando inteligentemente y ahí es donde esta el mayor reto.
La profunda implantación y uso de dispositivos interconectados que recogen información de forma constante es ya una realidad. Cuando visitamos una página web son recogidos datos que se van acumulando según profundizamos en la misma. Cada llamada en nuestro teléfono móvil, cada aplicación que nos descargamos y como la usamos, hasta cuando nos desplazamos queda registrado. Todo ello son indicativos de los patrones de conducta del individuo y pueden ser usados de forma inteligente para mejorar nuestras vidas y la de la sociedad como conjunto.
Las IA pueden tomar decisiones a una velocidad que un ser humano no podría.
El volumen de datos gestionados actualmente es ciertamente inmenso y continúa creciendo. Pensar que el ser humano puede hacer un uso eficiente de los datos sin ayudarse de sistema sofisticados que no sólo sean capaces de interpretar y sintetizar la información sino que además puedan aportar decisiones inteligentes en tiempo real es una necesidad indiscutible. Cuando conducimos, y queremos garantizar la ruta más eficiente, no sólo es importante considerar nuestro desplazamiento sino el de miles de otros coches con destinos diferentes pero convergentes en algunos puntos que actualmente siguen provocando colapsos y un empeoramiento sustancial de la vida de todos.
La existencia de datos no presupone que estemos haciendo un uso inteligente de los mismos. Debido a su esperanza de valor futuro se almacenan pero se siguen utilizando de forma muy ineficiente en el presente. Cuando la toma de decisiones se ve influenciada por las decisiones de otros igualmente es cuando se comprende que las IA son una necesidad y no un simple factor de mejora. La posibilidad de interconectar IAs, que se comuniquen en la toma de decisiones como colmena, aporta una decisión más óptima.
Las IAs aportan valor no sólo a las empresas en su toma de decisiones sino que también lo aportan al individuo en sus decisiones diarias. Desarrollar IAs no tan especializadas y más inteligentes que sean capaces de tomar decisiones valorando el perfil del individuo o empresa con el que conviven humanizará y mejorará la validez de sus decisiones enormemente. Yendo más allá, la existencia de IAs globales que interactúen con aquellas más especializadas, si nos planteamos un sistema dividido en niveles, puede ser la clave de un mundo mejor tanto para las empresas como para el propio ser humano.
Bloquear el progreso por miedo a lo desconocido lastra enormemente a la humanidad
El miedo por el impacto negativo en el empleo que puedan suponer las IAs es un gran lastre. Si bien es cierto que con toda revolución industrial o tecnológica el tejido productivo cambia, creando unas nuevas necesidades y dejando otras obsoletas, también es verdaderamente cierto que aportan mejoras sustanciales. Contar con IAs evolucionadas permitiría a la humanidad afrontar los problemas actuales con mayor rapidez y eficacia. El cambio es inevitable, los canales de televisión tuvieron que dar paso a internet, pocas personas cuestionarán que ahora tener un acceso flexible, rápido y a la carta de contenidos, que antiguamente era impensable, ha supuesto un mejoramiento enorme en nuestras vidas. En el mundo de las ventas tuvieron igualmente que evolucionar creándose nuevos puestos de trabajo y desapareciendo o reduciéndose el número en otros. Es indudable el importante papel que actualmente tienen los expertos en Marketing Digital en la gran mayoría de las empresas.
Las IA aportan un análisis objetivo y fundamentado en la resolución de problemas
Una de las características de más valor para una IA es su objetividad y capacidad de análisis. Una IA puede valorar miles o millones de datos de forma simultanea sobre los que fundamenta su decisión. Disponer de una entidad que cada día, ya sea en la vida personal o en la de una empresa, pueda tomar decisiones estratégicas de forma rápida, objetiva y eficiente es algo a valorar. No pasará mucho tiempo que las diferencias sociales y empresariales se hagan notables entre aquellos que han integrado en sus vidas una IA frente a los que no lo han hecho.